Aprovechando las fechas en las que estamos, ¿qué mejor forma de celebrarlo que con la Belleza de Arraes, una maldición que te hacía ser querido por todo género contrario y repudiado por el propio? La representada Rhiwen con su personaje de El Legado del Octavo: camarera sexy por el día, licántropo descuartizador por la noche. ¡Dos maldiciones al precio de una! Y es que por entonces en EFEYL estábamos que lo tirábamos.
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